Traducir un texto por día podría disminuir el riesgo a padecer Alzheimer o demencia

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Nota e imagen: lanacion.com.ar

Hace unas semanas salió una entrevista al conocido filósofo, George Steiner, de 88 años, en la que él cuenta que todas las mañanas traduce un fragmento de un libro al azar a los cuatro idiomas que sabe. El incentivo para hacerlo es su temor al Alzheimer y a la demencia. Según él, funcionan. ¿Es posible prevenir estas enfermedades? ¿Traducir puede ser un buen recurso?

El Dr. Diego Sarasola, médico psiquiatra y director del Instituto de Neurociencias Alexander Luria explica en primer lugar, que la enfermedad de Alzheimer y la demencia no son sinónimos. Demencia es un síndrome, es decir, un conjunto de signos y síntomas que pueden obedecer a muchas causas. La causa más frecuente es el Alzheimer. “No son ‘prevenibles’ en el sentido coloquial del término, pero es posible disminuir el riesgo, con diversa eficacia. La disminución de riesgo implica reducir la posibilidad de presentar una enfermedad, y la eficacia en esa prevención dependerá del control de los factores de riesgo”. Algunos no son modificables, como la edad o la carga genética. Pero los factores de riesgo como la hipertensión, el colesterol elevado, el sedentarismo, la escasa actividad intelectual y social sí lo son.

El cerebro alerta

Cuando los pacientes consultan acerca de cómo cuidar el cerebro, el Dr. Sarasola recomienda cuidar al cerebro como se cuida el corazón. Las acciones de prevención deben ser: el control de la presión arterial, así como también del colesterol, la actividad física periódica y la vida activa, desde el punto de vista social, físico y emocional. “Siempre recomendamos dentro de esto último, incentivar al paciente a que haga cosas que le gusten, que le sean de cierto desafío intelectual, para asegurarnos de ese modo, que pueda perdurar en el tiempo”. Traducir textos podría estar entre estas actividades. Pero lo que realmente hará de la traducción una acción preventiva es que no quede como una actividad aislada, recortada en el tiempo, sino que deben ser mantenida por años, como lo viene haciendo George Steiner.

El filósofo francés, radicado por estos días en Cambridge, no está tan errado: ser bilingüe es un beneficio. El biólogo Pedro Bekinschtein, doctor en neurociencia en la UBA y especializado en neurobiología de la memoria, explica que existen evidencias que afirman que ser bilingüe podría aumentar lo que se conoce como reserva cognitiva, “que es la capacidad de utilizar más eficientemente las redes cerebrales para compensar el deterioro de las neuronas que ocurre normalmente con la edad o por alguna patología como por ejemplo el mal de Alzheimer. Hay un estudio en el que se observó que la aparición de Alzheimer en individuos bilingües ocurre en promedio 5,1 años más tarde que en individuos monolingües“.

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